Asesinan a Berta Cáceres

Asesinan a Berta Cáceres, reconocida lideresa indígena Lenca de Honduras.

Berta Cáceres, lideresa indígena hondureña, miembra fundadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas COPINH, defensora de los derechos de la comunidad Lenca y de los movimientos campesinos, ha sido asesinada en la madrugada de este jueves 3 de Marzo 2016 en su casa en Intibucá, Honduras.

 

Desde la Red Tz'ikin nos solidarizamos con la familia de Berta Cáceres, con el pueblo Lenca y las comunidades que resisten en Honduras al despojo de sus territorios. Repudiamos las acciones de criminalización y hostigamiento hacia los defensores y defensoras de la Vida, el Agua y el Territorio. Repudiamos el cobarde y vil asesinato de Berta Cáceres y exijimos justicia y que su asesinato no quede en la impunidad, así como medidas cautelares efectivas en favor de Gustavo Castro medioambientalista mexicano, herido en el atentado y testigo del asesinato de Berta.

 

 

Berta Cáceres recibió el año pasado el Premio Goldman, el más prestigioso reconocimiento internacional a la defensa del mediombiente. Berta tenía un gran carisma y una posición clara y frontal contra los megaproyectos y la injusticia estructural del país centroamericano. Junto con COPINH, lucharon en contra de la construcción de la represa Agua Zarca que la transancional china Sinohydro pretendia construir en Río Blanco a pesar de la oposición de miles de pobladores lencas de la región.

"Despertemos! Despertemos humanidad! Ya no hay tiempo", decía Berta Cáceres.

 


Berta compareció la semana pasada en una rueda de prensa para denunciar el asesinato de varios dirigentes de su comunidad indígena, así como las amenazas que ella misma sufría. Hace menos de un año, en una entrevista, contaba la persecución a la que estaba sometida: "Los que rechazamos estos proyectos somos amenazados, amenazan nuestras vidas, nuestra integridad física y emocional, la de nuestras familias y comunidades enteras, nos quieren negar la existencia como pueblos originarios. Vivimos en un clima de impunidad y de nula administración de justicia".

A las amenazas por oponerse a proyectos de empresas transnacionales se añadía otro elemento de riesgo: ser mujer. "No es fácil ser mujer dirigiendo procesos de resistencias indígenas. En una sociedad increíblemente patriarcal las mujeres estamos muy expuestas, tenemos que enfrentar circunstancias de mucho riesgo, campañas machistas y misóginas. No es tanto la transnacional sino la agresión machista por todos lados. Esto es una de las cosas que más puede pesar para abandonar la lucha", describía Cáceres.

 


Pero ella no la abandonó. Continuó con su lucha desde la coordinación del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), con el que consiguió echar de los territorios de la comunidad del Río Blanco a la mayor empresa constructora del mundo, la china Sinohydro. Por este, y otros logros, Berta recibió a finales de abril del año pasado el prestigioso premio Goldman, conocido como el Nobel del Medio Ambiente.

Aunque lo que le inspiraban no eran los premios, sino los principios. " Aquí, con reconocimientos o sin ellos, hemos luchado y lo vamos a seguir haciendo", afirmaba desde la ciudad hondureña de Tela. Era la primera hora de la mañana un jueves en el que Cáceres, junto a una delegación del COPINH, se había desplazado hasta el departamento de Atlántida, al norte del país, para acompañar a indígenas garífuna en un proceso judicial.

La persecución y violencia contra quienes defienden el medio ambiente es una constante en aquellos países donde empresas transnacionales extractivas, hidroeléctricas o del sector agroindustrial tienen intereses, muchas veces en connivencia con los poderes políticos y financieros.

Según el informe de Global Witness, en 2014 fueron asesinados 116 activistas medioambientales en 17 países, un 20% más que en 2013. Más de dos personas mueren cada semana en el mundo por defender sus tierras, sus ríos o sus bosques frente a la explotación. La investigación "¿Cuántos más?" señala a Honduras como el país más peligroso per cápita para estos activistas. El 40% de los asesinados son miembros de pueblos indígenas, como el lenca, al que pertenecía Berta Cáceres.

 


 

El uso ilícito de la fuerza por parte de los cuerpos de seguridad del Estado hondureño y la vinculación de miembros de la policía y el ejército en casos de intimidación, amenazas y supuestos asesinatos de defensores del medio ambiente, ha sido documentado por organizaciones como Human Rights Watch o Front Line Defenders .

Berta era víctima desde hacía mucho tiempo de este abuso poder que no consiguió silenciarla. Hasta hoy. "En este país impune, responsable de graves violaciones de derechos humanos, los que luchamos por la tierra, por el agua, por el territorio para la vida, para que no caiga en manos privadas y sea destruido, ponemos la vida en riesgo. Aquí es muy fácil que a uno lo maten. El coste que pagamos es muy alto. Pero lo más importante es que tenemos una fuerza que viene de nuestros ancestros, herencia de miles de años, de la que estamos orgullosos. Ese es nuestro alimento y nuestra convicción a la hora de luchar", decía el pasado verano.

Texto: Red Tz'ikin, eldiario.es