Un pueblo obligado a agachar siempre la cabeza. Pero un buen día este pueblo se cansó de tanta injusticia y se unió a sus hermanos de oriente y occidente, a los del norte y a los del sur,… Este pueblo soberano comprendió  que en la unidad estaba su fuerza y comenzó a construir  su propia historia, desde abajo, sin traidores ni tiranos.

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Nosotros también, pero falta mucho todavía. A decir verdad no tenemos ni el guión. Tenemos que actuar ahora, organizarnos y luchar para construir entre todas-os el mejor guión que podamos. Un guión con diversidad de personajes, de todos los colores y regiones, sin protagonismos, hasta lograr todo lo que nos han robado: tierra, vivienda, salud, educación, libertad, democracia, justicia, cultura, alegría, paz... Si, es cierto, lograr esto no será fácil. Pero ya hemos dado el primer paso: hemos despertado y nos hemos quitado el miedo... Ahora solo falta todo lo demás.